Es la cartera del
sobrino del cura, aquí en el pueblo todos le conocemos como el sobrino del
cura, aunque en realidad sea sobrino- nieto. La ha perdido en el medio de la
calle, a estas horas estará buscándola, buscando la foto de la chica que lleva
dentro, es una foto vieja, en blanco y negro, agrietada, pero se puede
reconocer en ella a una mujer atractiva, me da por pensar que se trata de una
foto de Ana, Ana fue famosa en los años treinta, durante la guerra civil, los
viejos cuentan historias de ella, cuentan que se acostaba a la vez con Julián,
un capitán franquista, y con Adelmo, un coronel republicano, también cuentan
que más de la mitad del dinero que les sacaba se lo daba al cura a mosen Marcos
para que lo invirtiera en sus obras de caridad.
Hija mía he gastado
todo el dinero del que disponía en tus medicamentos, no tengo nada para llevar
queso y longaniza, leche y aceite, harina y vino, a los hijos de Amancio y
Ruperto, como sabes nadie quiere contratar a Amancio y Ruperto como pastores,
por muy buenos pastores que sean, por que se han adscrito a la CNT, por que
Amancio levantó el garrote contra su antiguo patrón, por que Ruperto se quedó
con un cordero por que no tenía nada para comer.
Un cabo y cuatro
soldados del ejercito republicano conocen las costumbres de Mosen Marcos, saben
que ahora le encontrarán en la ermita rezando ante la imagen de la virgen del
Rosario, completamente solo,
Mosen Marcos está
rezando contra sus remordimientos, ¿habrá que esperar a que Ana se acueste con
Julián o Adelmo para que le de la mitad de lo que saque, para tener dinero y
dar de comer a los pobres y medicamentos a los enfermos?, mosen Marcos se
retuerce las manos como se retuerce su conciencia,
el cabo del pelotón
republicano golpea a mosen Marcos y con la culata de su fusil le rompe la
nariz, los cuatro soldados le sacan arrastras, cogido por los sobacos. Ven con
nosotros montón de mierda, verás lo que hacemos con tu Dios y su caridad, no
queremos la caridad de los de tu clase, con ella nos sometéis, si quieres
ayudar a un hambriento no le des un pez, enséñale a pescar.
Nada más enterarme de
la detención he venido mosen, me ha faltado tiempo. Ana mira hacia los lados, se
asegura de que el carcelero no le oye. He estado con Julián, me ha dicho que
esta noche van a asaltar la cárcel para liberarlo.
Hija mía por que me
dices esto, ¿que has tenido que hacerle para que te haga esa confesión?, sería
mejor que no me hubieses dicho nada.
Ana recoge el vestido
que le llega hasta los tobillos, por primera vez se enfrenta al cura, pero solo
con la mirada y con un escupitajo en el suelo, luego se va.
¡Hija mía, hija mía!,
tú eres una victima, tú eres una victima más de esta sinrazón, de esta guerra
fratricida, perdona si te he abandonado, perdona si te he empujado a creer solo
en ese Dios tuyo, ese Dios personal, vuelve hija mía, vuelve y si es sin dinero
mucho mejor. Cuando se enteren de que me has escupido te maldecirán, toda su ira
caerá sobre ti, aquellos a los que proporcionabas medicamentos te repudiaran,
aquellos a los que dabas de comer te despellejarán con su lengua, aquellos que
no han logrado acostarse contigo te tirarán piedras, y aquellos con los que te
acuestas,
Ponte las medias,
ponte las medias solo para mí, dime que soy el único, que ese fascista no
representa nada para ti. La coge por el pelo, le echa atrás la cabeza. ¡Vamos
dime que no sabías nada de que iban a liberar a tu curato! Esta noche los
fascistas han asaltado la cárcel. Y han liberado a tu mosen Marcos.
Entre lágrimas Ana
dice a Adelmo que no sabía nada de la liberación del cura, que cuando fue a
verle le escupió. Y Adelmo la cree.
Padre, ¿sabe lo que se
cuenta por el pueblo?, ese protegido suyo, ese Ruperto, ha cogido a Ana por
detrás en los porches del ayuntamiento, cuentan que se han oído los gritos en
todas las casas vecinas, algunos incluso dicen que ella gemía pidiendo más.
Julián sabes que eso
es falso. Ni Ana ni Ruperto son así.
Que Ana no es así,
estoy de acuerdo.
Mosen Marcos camina en
silencio entre los soldados, cuando Ruperto robo el cordero fue él el que
porfió ante el patrón, el que le defendió, el que no creyó que fuese un ladrón.
Días después Ruperto fue a confesarse, había robado el cordero, mosen Marcos
recuerda como enfureció, recuerda como pensó que la confesión había sido solo
una apuesta entre amigotes. Recuerda como se lo tragó todo y como jamás se lo
echó en cara a Ruperto, como asistió a su mujer e hijos, como le asistió a él. Pero
esto era demasiado, una rabia atenazaba sus mandíbulas.
Ese pájaro no merece
más que un paseo, ya sé que usted es contrario a esta practica, que nos
considera asesinos,
Miro la foto, algunos
viejos dicen que lo del Ruperto nunca fue, que fue un rumor que se inventaron
los fascistas para darle el paseo que le dieron, otros dicen que el Ruperto
tenía muy poco talento, y mucho rencor hacia Ana, que no podía soportar que una
puta diese de comer a sus hijos. Miro la foto, miro a Ana, cuando acabo la
guerra, Adelmo hecho prisionero, Julián quiso que Mosen Marcos los casara, pero
ella siempre libre prefirió morir de una neumonía.
Mosen Marcos y Julián
fueron los únicos que acompañaron el ataúd hasta el cementerio, en el
cementerio, entre los que han cavado la tumba está Amancio, Amancio escupe
sobre el ataúd, Julián saca su pistola y dispara, momentos antes del disparo
mosen Marcos se lanza contra el brazo del capitán, la bala hiere a Amancio en
el hombro, mosen Marcos evita más disparos, mete la pistola en la pistolera de
su dueño.
Permanecerás ahí,
sangrando, hasta que hayamos dado tierra a Ana, y solo entonces te llevaremos
al pueblo, herido, así que rasga tu camisa y tapónate bien la herida, no, no le
ayudéis nadie, que lo haga él.
Aullará cuando le
saquen la bala, blasfemará, se acordará de la madre de Mosen Marcos, pero lo
más doloroso para el mosen lo dirá una vez vendado y curado: Mosen donde está
su humanidad, su otra mejilla su perdón, confiese que deseó con toda su alma el
paseo que le dieron a Ruperto, confiese que usted mismo hubiese apretado el
gatillo, ¡que le hubiese dicho rojo cabrón muere y ves al infierno!
Mosen Marcos …